Tengo a un pájaro habitando en mi pecho,
a unas cuántas mariposas
y a un pez maltrecho.
Todos con un único sueño; ser libre.
Lo que el pájaro y las mariposas no saben, es que el pececillo tiene la llave de lo más parecido a la libertad;
un trocito de su corazón...
en el mío.
P.D.: Te quiero a rabiar, pececillo.
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