Podría decir que ya había estado enamorada, pero mentiría.
Porque qué es el amor sino la duda del amor anterior. O cuando me quedo despierta yo, por verte dormir a ti...
Ese, ese es justo mi insomnio, tu paz.
Le temo a tu paz, temo que un día llegues a estar tan en paz contigo misma que no necesites de mi guerra. Aunque le he encontrado un remedio,
voy a proponerte una cosa;
Si estás en guerra te propongo sexo. Si por el contrario estás en paz, hagamos el amor.
Y te aseguro, por lo que más quiero te aseguro, que tú eres mi paz y mi guerra a la vez. Eres capaz de cambiarme el ánimo con solo rozarme...
Y es justo en ese momento cuando empieza mi paz.
De mi guerra... mejor no hablemos, no la entenderías, todo el mundo pensaría que estoy loca.
Y sí, lo estoy.
Lo estoy por volar tocando el suelo,
por besarte en sueños
y por mirarte con los ojos cerrados.
Volvamos a la paz... Es curioso, mirar el mar me recuerda a ti -quizá porque lo encuentro nostálgico-, y por muchas vueltas que le doy no se me ocurre otra cosa que porque el mar es calma, calma y tempestad. Y tú, amor, creas todo eso en mi.
Tengo un corazón que en vez de bombear sangre dispara letras. Y qué rabia, yo no se soltarlas si no es pensando en ti. Ahora lo entiendo, poesía no es esto.
Poesía es mirarte y saber lo que piensas, que te brillen los ojos al mirarme.
Es un instante, cada segundo a tu lado es poesía, mi amor.